Mientras la primera promoción de posguerra emprende la tarea de expresar con voz apasionada el drama de la existencia humana con el empleo de un lenguaje coloquial y directo, la década del 1960, testigo de la evolución de la segunda promoción de posguerra, emprenderá la tarea de un estilo más elaborado y una temática más amplia, donde se advierte un desvío respecto a cierto esteticismo o, por lo menos, una inquieta exigencia de renovación de las formas expresivas. Nos hemos concentrado en el periodo comprendido de 1942 a 1962, donde grupos generacionales de tendencias tradicionales o experimentales van conformando nuevas estéticas en la narrativa española.