Tras los celebrados Alguien salvaje y Corazón de medianoche, anteriores y más notables entregas de El lobo gris, el autor intercambia el escenario del norte español por el antiguo y moderno Japón. Ello convierte a este libro en una de las más especiales experiencias del autor, en que finalmente cumplió uno de sus grandes sueños: El encuentro con el continente asiático, ejemplificado en la trama principal de este libro, centrada en ese oscuro, carismático y errante brujo inmortal, al que sorprende el reencuentro con sus pasadas vidas, incluso en los más insospechados lugares del mundo, y a través de las más improbables aventuras.