Reseña por Teresa Korondi?Si una de las mayores fortalezas de la escritura narrativa fuese la capacidad de sostenernos como lectores en su derrotero, EVAlución, la primera novela de Noelia Viqueira, lo cumple desde el párrafo inicial. ?Está contada con emoción y suspenso, a partir de las vicisitudes de María, una mujer que no recuerda, y que está llena de pliegues fundamentales para la dinámica de lectura.?Un vértigo similar lo encontré antes en Delirio, de la colombiana Laura Restrepo (premio Alfaguara 2004), con el halo de perturbaciones que atraviesa su protagonista y que, más allá de las razones, nos adentra en un mundo de pensamientos distorsionados.?También se vislumbra en Viqueira la tradición de Levrero como padre de un estilo muy propio: mundo surreal, absurdo e inquietante. Durante la aventura nos podríamos hacer un montón de preguntas cuyas respuestas parecerían obvias, sin embargo no llegan. Es que justamente el juego de lo ilógico hace que en EVAlución no lo sean, y esto tiene que ver con la circularidad de la narrativa.Porque además de la tensión del espacio, a la vez verosímil y onírico, y que va fluyendo hacia lo antagónico; se agrega la tensión del tiempo. Hay cierta estética futurista, pero también algo muy concreto de los tiempos que corren y una mirada atávica. Incluso por momentos, el futurismo que se puede apreciar también es anacrónico.El texto alberga desde la tecnología genética hasta el naturalismo del estadounidense Henry David Thoureau, que en 1845 se aisló en los bosques de Walden durante dos años, para conseguir una vida más libre, genuina y en armonía con la naturaleza. ??EVAlución refleja la autocrítica y una toma de conciencia en relación a la sociedad de consumo, el abuso tecnológico y la destrucción del planeta. Se convierte así en un relato coloquial y accesible de ciencia ficción, de corte ecosófico con derivaciones panteístas. No es casual que la protagonista lleve el nombre de María, madre de Dios. ?Lo que expresó el filósofo holandés del s.XVII Baruch Spinoza como 'Deus sive natura' (Dios o la naturaleza), en Viqueira lo entrevemos en el enunciado 'La naturaleza no daña, repara'. 10