El conocimiento del posicionamiento de dominio de un Estado dentro de los parámetros del espectro multidimensional, es un punto fundamental, ya que, desde este hito, todo Estado puede ver cuál podría ser su visión y cuáles serían sus objetivos nacionales factibles de ser materializados en el futuro. Los destinos de los países, en el contexto de la lucha por ocupar una mejor posición de dominio, siempre tendrán que desarrollarse bajo los linderos de las aspiraciones de aquellos Estados que ocupan el posicionamiento de una hegemonía. El dominio de la multidimensionalidad universal se desarrolla sobre la geografía terrestre y el espacio multidimensional, espectros en los que las hegemonías ejercen el Principio del Binomio de la Sujeción. Se identifica bajo este contexto a todos aquellos Estados que ocupan un posicionamiento de sujetadores frente a otros que disponen de las prerrogativas de Estados sujetados. De acuerdo con el nivel alcanzado en medios y vectores geopolíticos, un Estado podrá ostentar un posicionamiento de dominio de una Universal Política denominada unipolítica, de una geopolítica mundial, regional o local, respectivamente. La visión unipolítica se fundamenta en la aspiración que un Estado hegemónico tiene para ejercer dominio sobre la multidimensionalidad universal, lo cual significa ser el referente supremo en su máxima expresión sobre todos los otros Estados; intención que la ejerce bajo una posición de supremacía a lo largo del horizonte del ciclo de vida hegemónico en cualquier escenario actual como futuro que se encuentre. La unipolítica y la geopolítica mundial son solo prerrogativas de aquellos Estados catalogados como hegemonías, quienes ejercen el dominio en los espectros del dominio multidimensional a través del poder y el potencial mundial. La geopolítica mundial supone la aspiración dentro de los parámetros de la geografía de la Tierra, mientras que la unipolítica, además de tener el control del espectro geográfico de la Tierra, sus alcances llegan hasta el dominio del espectro espacial, espectro que no solo comprende el dimensionamiento del ámbito del espacio atmosférico, sino que también del ámbito multidimensional del espacio exterior respectivamente. El uso del poder y potencial mundial se lleva a cabo a través de la guerra física directa o indirecta. La guerra física directa se refiere al uso de los medios geopolíticos para enfrentar a las propias hegemonías con sus medios militares de manera abierta y masiva. Debido a las armas de destrucción masiva que poseen estas potencias, la situación de enfrentamiento se vuelve sumamente crítica, lo que les conduciría a su destrucción y la consecuente extinción del planeta. La guerra física indirecta usa las hegemonías para ejercer dominio mediante las opciones geopolíticas de disuasión, las operaciones en cubiertas y los conflictos llevados por otros Estados. La guerra física indirecta es permanente y constante dentro de todos los campos de la actividad humana, que está representada por lo económico, lo psicosocial y lo político. En consecuencia, este tipo de guerra es permanente y constante para alcanzar o mantener la condición de una hegemonía por parte de un Estado. Por ende, la paz se convierte en un punto de utopía y, en el supuesto de que pueda existir en algún instante de la existencia del mundo, esta será efímera. En resumen, debido a las aspiraciones e intereses de las hegemonías que siempre están en la lucha por ejercer el dominio, no existe paz en el mundo.