En Seis personajes en busca de un autor, Pirandello escribe sobre personajes que necesitan un autor para darles vida. Este libro podría tener como título Un pensamiento en busca de un pensador. Podemos considerar al psicoanálisis como un proceso de transformación en pensamiento onírico. Las transformaciones psicoanalíticas suponen un camino que va desde un lenguaje de sustitución, rutinario, en donde no se dice nada nuevo a un lenguaje de logro, creativo. El paciente necesita descubrir su propia personalidad y eso supone una capacidad de pensar. Puede tener pensamientos, pero a veces no ha llegado a ser un pensador. Bion, con sus desarrollos psicoanalíticos, hizo un fuerte giro epistemológico:los pensamientos existen antes de una capacidad para pensar y estimulan el desarrollo de un aparato para pensarlos. El pensar se desarrolla a través de la mente de un otro, una mente con rêverie (madre/analista) que puede recibir las experiencias emocionales del bebé y/o del paciente, contenerlas y transformarlas en elementos que puedan ser pensados. El bebé/paciente, en ese proceso, va a introyectar una relación continente-contenido de beneficio mutuo y adquirir una función, la función alpha, que puede transformar las crudas experiencias emocionales de modo tal que puedan ser procesadas y asimiladas por la personalidad del bebé/paciente. Uno de los aportes de Bion a la clínica psicoanalítica es la observación desde el vértice de la teoría del pensar y de los vínculos. Freud hizo un extraordinario descubrimiento con la comprensión psicoanalítica del inconsciente y de los sueños. ¿Y si un paciente no sueña? ¿Podemos como analistas contribuir a la construcción de un sueño artificial? La Tabla (Bion) es un instrumento metapsicológico para investigar sobre el desarrollo del pensar (el eje genético) y sobre el uso de los pensamientos (eje estructural). Es un instrumento que acompaña el uso imaginativo, la creación de nuevas hipótesis, después de la sesión. Todo proceso de indagación realizado por el analista necesita de una dosis de imaginación. Si el proceso se torna repetitivo, rutinario, perdemos el vértice clínico-creativo. La clínica observada desde el vértice del pensar y desde el vértice vincular nos aporta, a los analistas, herramientas para desarrollar un análisis con pacientes que carecen de herramientas mentales necesarias para pensar y pensarse. Los distintos capítulos de este libro se ocupan de estas cuestiones. 10