No es ningún secreto que durante el transcurso de la última década el Ser Antropomórfico de Atacama se ha convertido en una cuestión altamente incómoda tanto para la ciencia como para ciertos gobiernos.Prensa y demás medios se han ciegamente adherido a incompletos informes. Documentos desempeñados por centros que sin ninguna duda son influenciados con ciertos organismos, comprometiendo así la veracidad de dichos informes. Mientras tanto, ninguno de estos medios ha contemplado la posibilidad de consultar a quien posee datos exentos a la presión ejercida por organizaciones foráneas.El autor ha indicado de manera incansable a los diversos estamentos que han llevado a cabo el estudio del espécimen que no se deben aferrar únicamente a cotejarlo con la fisionomía del esqueleto humano, ya que existen innumerables referencias de que podría tratarse de una raza de menores dimensiones. Dichas referencias provienen de relatos que reflejaban la existencia de seres de menor envergadura en el estado de Nueva Granada durante el siglo XVI.A pesar de los esfuerzos del autor y de las diversas evidencias del descubrimiento de una nueva raza, todo ha sido obviado. 10