Paz, Justicia y el Crimen SupremoHa pasado casi una década desde que escribí en 2014 el más antiguo de los ensayos que leerán en este segundo tomo. En ese período relativamente breve, hemos sido testgos de acontecimientos que, antes del cambio de milenio, hubiesen parecido fantasías distópicas imposibles en el mundo occidental de la posguerra.Hoy, después de la controvertida presidencia del magnate de bienes raíces Donald Trump (2017-2020 inclusive), el otrora bastión de la democracia occidental se ha convertido en la capital de un incipiente autoritarismo, que ha incluido lo anteriormente inimaginable: un intento de autogolpe de estado por parte de un presidente estadounidense en ejercicio, algo sin precedente en la historia de esa democracia de dos siglos y medio.En los ensayos que leerán a continuación, se darán cuenta de que, de manera contundente, nosotros previmos esta amenaza a la democracia de EEUU, y supimos reconocer el reto a la democracia occidental que significaba la candidatura de un autócrata de la talla de Donald Trump. También analizamos la especie de tormenta perfecta que suponía este acontecimiento dentro de la principal democracia de Occidente, considerando también el auge del populismo antidemocrático en naciones tales como Francia, Hungría, Polonia, Suecia, Italia y otras, que lo han visto crecer en los últimos años (en algunos casos, exponencialmente).Aquí leerán, asimismo, respecto de los desafíos para el futuro que requieren paz y cooperación para solucionarlos. Y, también, leerán sobre algunas de las soluciones posibles: ideas tales como la de un Ingreso Básico Universal para solucionar problemas como la desaparición de cada vez más puestos de trabajo en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados. También leerán ideas para fomentar la educación para la paz y para la tolerancia, con la meta de crear, en el futuro inmediato, un mundo de cooperación, en el cual todos colaboremos para crear soluciones a nuestros mutuos problemas en lugar de complicarlos más con el altísimo costo del expansionismo, la guerra, la avaricia y la falta de los actos empáticos. De este modo, seremos capaces de caminar en los pasos de nuestro prójimo y, así, sentirnos identificados con su dolor, como si fuera el nuestro propio.