Después de su salida (huida) de Donostia, hace ya un año, el americano expatriado Michael Llewellyn ha rehecho su vida en Gijón, la ciudad más grande de Asturias. Allí lleva una vida tranquila, trabajando en una escuela de surf y otra de idiomas para poder vivir en Cimadevilla; el barrio más antiguo de la ciudad. Un cadáver regurgitado por el mar guarda relación con una de sus alumnas y esta convence al señor Llewellyn para que investigue las circunstancias de aquella muerte. Dicha investigación, igual que la realizada en Donostia hace un año, acarrea algunos malentendidos, meteduras de pata y conocimientos inesperados, una vez más en un verano deslumbrador en la costa norte de España. El señor Llewellyn se encuentra trabajando de nuevo como detective accidental, a pesar de que, a veces, algunos accidentes resultan mortales.