No te lleves esa palabra es un libro que bien puede clasificarse dentro de esas escrituras marginales y únicas que componen los diarios, los escolios, las anotaciones al margen y las notas. Libro que, tras su lectura, podría provocar esta pregunta: ¿cuántas veces, después de capturar una idea y trabajarla con el fin de desarrollarla, nos damos cuenta de que el único camino posible es regresar a su contundencia inicial? Rolando Jorge se encuentra dentro de esa tradición de escritores-lectores como Paul Valéry, Elías Canetti, Julio Ramón Ribeyro y Nicolás Gómez Dávila, para quienes la escritura de diarios, apuntes y notas resultó un acto vital e imprescindible.