En estos relatos hay una indagación sobre la crisis de la Cuba actual, se muestran las patologías de la vida cotidiana. Conocemos un contexto atiborrado de los enigmas que revela la infamia producida por los hechos históricos. Hay una mirada hacia el interior de los personajes en su búsqueda diaria por una identidad incierta. Allí están el sentido apocalíptico de la existencia, el enclave de lo escatológico, los perfiles de la sexualidad con las sutilezas de la pasión, el crecimiento de los deseos y la extinción del amor, o con la hondura del apetito carnal y la pérdida del control que eso entraña. Repleto de un ríspido humor que emana de relaciones fracturadas que lindan con lo absurdo, el libro describe un escenario de violencia. Viajamos a través de un puente que conecta la vida y su extinción, y reconocemos una suerte de advertencia sobre el futuro del país. A cada paso se articulan relaciones humanas conflictivas, donde aflora la condición del hombre en la vida contemporánea.