Dedicamos un segundo número a la poesía sefardí actual. Ambos son algo así como la celebración de una lengua y de una cultura que fueron capaces de resistir durante siglos los desastres de la historia. Con admirable fidelidad a sus raíces en Sefarad, los judíos expulsados de su tierra española conservaron valientemente su lengua, sus tradiciones, su cultura, tan nuestras por otra parte. Se dispersaron por mil sitios, primero por todo el Mediterráneo, y con el paso del tiempo por todo el mundo. Esforzadamente custodiaron su identidad más propia, que siempre es la de la lengua. 10