Las profundas transformaciones, tanto en el proceso civil como en el penal, de las últimas décadas son de una intensidad tal que han acabado por alterar los perfiles, cometidos y expectativas de todos los sujetos conectados al proceso: desde los abogados hasta los informadores y medios de comunicación, pasando por las víctimas, la acusación particular y, por supuesto, jueces y fiscales y sus respectivos órganos de gobierno o espacio institucional, en permanente tensión.Este libro se concentra en los tres sujetos que mayor energía reformadora han absorbido y acumulado: jueces, fiscales y víctimas. Siguiendo su trayectoria nos podemos adentrar en el centro mismo de la trama reformadora y las relaciones y correlaciones que se dan con los otros sujetos, entre ellos mismos y en su propia autocomprensión.Pero más allá de esta recomposición en el plano subjetivo, con un nuevo reparto de papeles en el proceso, el análisis de las funciones, y posiciones, de estos tres sujetos juez, fiscal y víctima nos permite conocer con precisión la línea o secuencia del movimiento reformador, anticipando futuros movimientos legales y precisando otros que por una elemental lógica deberían producirse si se han movido ya determinadas piezas y así encajar con ellas.