Las respuestas a la pregunta que a priori nos delata, poniendo al descubierto nuestra Esencia, es:¿Cuáles son los verdaderos retos que pueden darle sentido a la existencia del ser humano?Estamos comenzando una nueva era, marcada por la improvisación. Esto fue lo que nos demostró la llegada de la pandemia de este nuevo coronavirus. Nuestro subjetivo colectivo con sus dimensiones psicosociales, sociohistórico y de vida cotidiana, se vio abruptamente sorprendido, evidenciado nuestra fragilidad como especie, partícipe con las demás especies de un mismo ciclo de vida, de una misma cadena ecológica, con el mismo ADN; alterado por los desmanes consumistas, que traduce el desafuero de la comercialización, la industrialización y el tráfico de animales salvajes.Pero, si el panorama anterior no fuera ya suficientemente devastador, su presencialidad catapultó otras patologías sociales y enfermedades de forma exponencial, llevándolas a la nominación de pandemias. Los retos que se presentan ya no son solo el de la vida misma, también conllevan el daño contra el mas frágil, mujeres y niños(as), a nuestras mentes que amenazadas somatizan nuestros cuerpos, a los diferentes discriminados por su origen étnico y a las comunidades que se enfrentan a la exclusión por argumentos nacionalistas y de ultraderechas. 10