La meditación zen es algo sencillo y profundo a la vez. Consiste en adquirir una postura correcta, conectar con una respiración adecuada y fomentar el desarrollo de una actitud mental-emocional justa. Esta combinación armónica de elementos tiene lugar a través de las indicaciones precisas dadas por un maestro y gracias a la práctica colectiva con otros seres humanos que siguen el impulso natural y universal de querer sentirse cada vez más y mejor. En definitiva, El viejo arte de darse cuenta es un camino hacia la felicidad verdadera. 10