Cuando Adán y Eva son expulsados del Paraíso Terrenal, Dios les cierra el camino del Árbol de la Vida con querubines para que no coman de su fruto y puedan, si así lo hicieran, llegar a conseguir la inmortalidad. Esta prohibición no es un capricho de la Divinidad, sino la consecuencia de una Caída, de la cual tampoco puede ser responsable la humanidad infantil de los primeros tiempos, representada por Adán y Eva. Se trata de algo mucho más profundo que nos tiene que invitar a reflexionar. Como seres adultos, no podemos tomar la Biblia al pie de la letra, sino en su sentido simbólico. Leída de esta manera, encontraremos claves que nos ayudarán a entender que la decisión de Dios fue la mejor que podía tomar en aquel momento para evitar que los seres humanos, aún por desarrollarse en el camino del bien y del mal, recibieran los poderes inmortales y los utilizaran de una forma inadecuada. Pero este acceso denegado ¿se mantendrá para siempre o algún día podremos encontrar la llave que nos permita entrar a comer de su fruto y, por tanto, vivir eternamente? 10