La emergencia de la psicología transpersonal ha supuesto un paso cualitativo en el intento de comprensión del ser humano. Valorando e integrando todas las corrientes anteriores, abre un horizonte nuevo en el campo psicológico que, sin embargo, conecta con lo que siempre ha enseñado la filosofía (o sabiduría) perenne: no somos un contenido de la consciencia, sino la consciencia misma, Presencia consciente experimentándose en formas temporales.