Debido a su interés por el budismo y las filosofías orientales, Richard Wagner consideró durante la mayor parte de su vida la posibilidad de componer una ópera iniciática teniendo como protagonista a Cristo, Buda o Moisés, aunque fue el poema medieval Parzival, de Wolfram von Eschenbach, la obra que realmente le cautivó. Wagner comenzó la composición de Pársifal el día de Viernes Santo de 1857, aunque hubo de posponerla repetidamente durante diecinueve años, y únicamente en 1882, trece meses antes de su muerte, puedo estrenar lo que él mismo denominó «Festival Escénico Sacro».Pársifal presenta sobre el escenario un elaborado ritual donde los personajes representan los distintos elementos que participan, se generan y se desvanecen en el proceso de Regeneración del ser humano. En este universo al margen del tiempo y el espacio se desarrolla una alegoría mistérica que nos adentra en lo más íntimo de los anhelos, el desconsuelo y los esfuerzos del alma en su proceso de Iniciación. El escenario donde Pársifal tiene lugar es, en realidad, el interior del hombre que deplora su condición caída en este mundo y ansía su retorno a la Luz.