La mirada poética, está detrás de lo que meramente vemos o escuchamos. No es una mirada fotográfica. Intenta percibir sensaciones y sentimientos más profundos y reales; en ocasiones, se intercala e incluso se confunde con ellos, y a veces se deja llevar por la fantasía. La creación del poeta, y eso es común en todas las artes, es en parte de observación y en gran parte intuitiva. En el camino de nuestra existencia tener capacidad para observar y gozar de lo que está más allá de lo que meramente vemos y escuchamos, nos lleva a registros mentales y sensaciones que nos apartan de la mera conciencia ordinaria y nos acerca a momentos a veces especialmente felices, y en todo caso, a sensaciones más profundas de las que vivimos en estado de conciencia ordinaria.