Dylan y Lena han tenido una vida lo suficientemente incompleta, sus tragedias solían ser muy grandes hasta que ambos se conocen. Al ver que su amor crece toman la decisión de cambiar de pasado, creando un presente indescriptible y un futuro diferente. Pero de nuevo ocurre una situación donde la alegría desvanece y se convierte en tristeza. Dylan y Lena forman una gran conexión con la naturaleza, la naturaleza de sus corazones. Crean el manantial de la esperanza y recuerdan que no todo está perdido. Te estoy mirando de lejos y mi corazón está acelerado, solo tú provocas ese sentimiento. ¿Quien dijo que la lluvia de un corazón roto no puede parar?