Los empeños de un engaño fue escrita entre 1623 y 1625. Sus referencias a Madrid permiten destacar el aspecto costumbrista propio de la novela cortesana de los siglos XVI y XVII: galanteos, desafíos, enredos, encuentros imprevistos y alusiones a lugares de la ciudad y a la Corte. A diferencia de otros galanes de Juan Ruiz de Alarcón, en Los empeños de un engaño se muestra cómo se miente por amor en un mundo donde la falsedad es la máscara de un discurso de poder. Destaca también la presencia de Teodora, uno de los personajes femeninos más destacados del universo de Juan Ruiz de Alarcón. Esta obra profundiza en la pintura de caracteres para cimentar la crítica social que hace Ruiz de Alarcón. En este caso, lo que podría haber sido un drama de honor con el que se podrían censurar las conductas sociales se frustra por la actitud de ciertos personajes. Así, al final de la obra, los villanos sufren un castigo por sus pecados.