Los dieciocho años cambian la vida a cualquiera pero nunca se puede elegir si hacia bien o hacia mal. En el Caso de Aeryn, los empieza fatal, ya que intentando huir de los problemas se encuentra con uno de más grande: Un grupo de jóvenes traficantes la confunden con una espía de su padre, el jefe de policías, y deciden llevársela. Desde aquél momento, el grupo de jóvenes intentará hacer todo lo posible para evitar que Aeryn le diga a su padre todo lo que ha visto. Uno de los chicos, Álex, empleará otra técnica muy diferente a la de los otros y le hará dudar de si realmente a conocido el amor y de si vale la pena hacerlo. Las dudas de ambos se sembrarán cada día: ¿Amor u orgullo? ¿Juego o sentimientos? El tiempo se encargará de decidir por ellos y de proclamar el fin del juego, donde siempre hay un ganador y un perdedor o tablas.