En Las aventuras de Tom Sawyer, a través de los ojos de sus personajes, Mark Twain nos ofrece la visión de una doble realidad: la del mundo infantil, primitivo, que el lector adulto ya ha perdido; y la del mundo adulto, confuso e ilógico, asentado en unas convenciones que no resultan ser preferibles en ningún aspecto a los códigos de valor de un niño.Criado por la tía Polly, que lo quiere de corazón, pero que lo somete a una disciplina que se le hace absurda y desagradable, Tom contempla el mundo de una manera muy distinta a como lo hacen los adultos con los que tiene que convivir. Precisamente porque existe ese distanciamiento el personaje divierte al lector con sus reacciones divertidas y nobles. Juntos, Tom y Huck vivirán aventuras humorísticas y dramáticas de las que podrán salir más airosos de lo que hubiera podido hacerlo cualquier adulto.