Paisajes de intensa belleza, como La Garganta de Santa María, en Candeleda, han inspirado estos poemas entre montañas y lagunas de ensueño. El Creador de esa naturaleza en la que se bañan estas letras es protagonista entre bosques, aves y fieras que cantan en estos versos. En estos parajes, la vanidad del mundo se diluye bajo las cumbres nevadas, dejando al desnudo nuestra humana pequeñez, en una de las más ricas zonas de España en fauna y flora.Ilia Galán es un visionario, o sea, un hombre cuya mirada sobre el mundo tiene algo de telúrico, de misterioso, de quimérico, de mítico, incluso de profético. En la estela de William Blake, nuestro amigo Ilia teje sus cantos inocentes y prístinos en diálogo continuo con la naturaleza, que le ofrece la magia de sus cuatro elementos para que él los combine en sus poemas, atravesados de revelaciones y transverberados de sueños.Ilia Galán es un romántico del siglo XXI. Galán hace aquí balance de su poesía astral y boscosa, de una poesía emparentada con la de maestros como Coleridge o como Hölderlin, que ardieron en la hoguera de la Otra Realidad y escribieron sus versos al dictado de ese fuego.Luis Alberto de Cuenca 10