Un policía a punto de jubilarse. Una serie de cadáveres que se amontonan y desafían su habilidad en el que debe ser su último caso. La aparición de un gemelo desconocido. El descubrimiento de los verdaderos orígenes. Más y más cadáveres, junto con unas vacaciones pagadas en Melilla. Y, como postre final, el reencuentro con los seres queridos y el fin de la soledad. ¿Se puede pedir más en una novela policíaca?