Hielo y humo se sitúa en el territorio donde la palabra siembra en su imposible decir la fragilidad de la realidad, la búsqueda de lo esencial, la desnudez en la expresión que envuelve lo que pretende esconderse en los laberintos de la memoria. El hielo que sustenta lo que parece firme y es efímero. El humo que eleva a los vientos lo que se funde en las raíces de la tierra y es vuelo y fuga. Y en la fusión de estos dos destinos, la poesía busca y siembra en los campos del compromiso el significado de lo estrictamente enunciado como señas de identidad. Poesía hacia Machado y desde la serenidad de lo que puede construir el único espacio posible para seguir construyendo el silencio.