Simeón está de regreso en su ciudad natal, Colmenas, que está desapareciendo del mapa mientras un volcán con nombre de ballena dormita cerca de sus costas. Obviando una vaga noción de destrucción inminente, Simeón construye una rutina apacible al margen de estas amenazas; a lo mucho, planea casarse con una mujer que frecuenta la librería donde trabaja. Su serenidad se descarrila cuando aparecen en su vida Lester, un jovencito brillante; Jimmy, una seductora celebridad de cabello hiperbólico; y Sam, una activista arrastrando evidencia incriminatoria tras irrumpir en una granja peletera; todos de apellido Glynn, tres hermanos que Simeón ha desconocido por años. Una suma de imprevistos alborota la memoria y las emociones de Simeón, revolviendo su historia familiar y sus años fuera de Colmenas en los que hizo trizas sus posibilidades de triunfar en la vida (según sus padres). Mientras la humanidad lidia con debacles sociales y olas de calor otoñales, el reencuentro de los Glynn desemboca en una fiesta desastrosa que los pone de nuevo en el camino de «los engendros». Simeón debe rectificar la pequeña gran mentira que llevó a ese desastre, mientras asume lo que significa ser una familia y recapitula los consejos a seguir en caso de maremoto.