«De ilusiones se vive» es un dicho popular que se usa para procurar bajar de las nubes a los soñadores y continuos ilusionados. Y es que ¿quién no se ilusionó alguna vez? Nos ilusionamos de pequeños con los regalos del Ratoncito Pérez, los Reyes Magos, las notas del colegio, al estrenar un trajecito o al conocer a un nuevo amiguito. Luego viene la ilusión del primer amor, aquel primer beso, aquella vez en que tocamos la mano de nuestro «gran amor» y se nos acelera el corazón, el primer baile, la primera vez, el primer hijo, la ilusión del trabajo, la ilusión del futuro y tantas otras ilusiones que nos empujan a situaciones inimaginadas y que nos impulsan a nosotros y al mundo entero a afrontar el futuro con alegría. Toda esa ilusión y mucha más es la que, bajo el paraguas del arco iris, mueve a este «continuo ilusionado» a editar estos cuentos llenos de ilusión y fantasía. Que la ilusión nos ilumine y seamos capaces de conseguir lo que nos mueve. Un mundo sin ilusión es un mundo sin futuro.