Es este un libro de cuentos sobre la España vaciada. Hay en este país un vacío obvio, manifiesto, que se puede tocar con las manos. Se nos hace presente cuando visitamos los pueblos de Asturias, de la Meseta Están hechos de casas desmoronadas e iglesias ruinosas; localidades cuyos únicos negocios son la residencia de ancianos y el tanatorio. Sin embargo, igual de obvio resulta que ese vacío no es más que la expresión superficial de otros vacíos más difíciles de asumir y que probablemente no se puedan rellenar con proyectos de repoblación ni oportunistas planes económicos. Existe, además, otro vacío mucho más profundo, de capital, pero ¿sabemos reconocer que se trata del mismo?