Si quieres considerar el celibato, es necesario hacerlo de un modo festivo, con aires de celebración. Esta realidad exige que vayas con tus mejores galas, elegante y sonriente. Con la alegría de quien va a participar en algo memorable, con el temor respetuoso de quien ha sido invitado a un acontecimiento que le trasciende y que no merece. Con el agradecimiento sereno y excitante de quien ha recibido un regalo inesperado, ya sea para sí mismo o para alguien cerano a él. Aprovecho y disfruta.