Cerda no es como la mayoría de los cerdos. No le gusta revolcarse en el barro o ensuciarse. Le gusta observar pájaros y mariposas. Le gusta cantar e inventar cuentos. Ella es una soñadora. Ratón es un vagabundo, siempre en movimiento para mantenerse a salvo. Cuando los acontecimientos los unen, se forma una amistad poco probable mientras se unen en su primera aventura: ¡la caza del tesoro! Cerda y Ratón formaron una amistad inusual, pero tal vez no sea inusual en absoluto. Si alguna vez has presenciado una conexión entre dos especies, digamos, un perro y un gato, o un gato y un pájaro, ya sabes que los animales son capaces de sentir amor y empatía al igual que nosotros. La amistad de Cerda y Ratón destaca el valor de la empatía y que las diferencias de tamaño y apariencia no importan. El autor lo invita a compartir la historia de Cerda y Ratón con sus hijos como piedra de toque para una importante conversación sobre la diversidad, la empatía y lo que es verdaderamente importante.