André Paul nos introduce a través de La Biblia y Occidente en la sorprendente génesis cultural de la Biblia. El autor evidencia las profundas raíces orientales que dieron nacimiento a una impresionante suma literaria que rivalizó con la cultura clásica griega y latina, y describe con brío ese formidable trabajo a la vez religioso, literario y político que hizo de la Biblia una creación cultural de Occidente. La aventura de la Biblia -explica André Paul- comienza en Alejandría a mediados del siglo III a. C. con la traducción al griego de la Ley de los judíos. El naciente cristianismo cultivará, desarrollará y moldeará esta herencia literaria, pero necesitará varios siglos para definir y fijar el canon de las Escrituras cristianas. Y otras traducciones, esta vez en latín.Hasta ahora, nadie había sabido contar cómo la gran cultura clásica fue empleada por las letras cristianas. Habrá que esperar a la intensa actividad cultural de la Edad Media para saludar el advenimiento de la Biblia como bien literario. Con el concilio de Trento, en 1546, la Biblia integra de forma espectacular el patrimonio de la cultura europea.Esta historia nos lleva a «renunciar a todo monopolio confesional de la Biblia». Y a reconocer finalmente a la Biblia como uno de los mayores testigos de nuestra cultura clásica. 4